lunes, 27 de junio de 2011

Es hora.

El pasar del tiempo no hace borrar mágicamente las agonías que causan los otros sin reparar en el respeto. No cerrar los labios y no callar las palabras era lo que tuvo que haber hecho. El momento de soltar al aire la verdad pasó.
Hoy se regocijan en su alegría momentánea. Ay! De ellos. De su karma, la de VIDA misma que se encargará de devolver todo aquello que causaron y que les ensañará lo que es vivir. Vivir íntegramente.
Hoy puede ser tarde, pero no lo es por allí en algún rincón oscuro del ser. Sigue ahí penetrante, punzante, lleno de deseos de justicia, de rencor si se quiere, ¿Por que no?
Dios le dio las palabras, su única defensa ante la vida y ante los perjuicios. Y no tendrá cuidado en saber usarlas.

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